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Nuestra sociedad

Crónicas

Crónica del VII Congreso Nacional de la SENP.
Murcia 11,12, 13 y 14 de 2006

Todos sabíamos adonde íbamos ante la convocatoria del VII Congreso Nacional de nuestra Sociedad, organizado por el Dr. Carlos Casas Fernández en Murcia, convertido, siguiendo los pasos de su predecesora la doctora Trinidad Rodríguez Costa, en la cabeza de uno de los centros de referencia de la neuropediatría en España, y centro de formación de muchísimos compañeros que ejercen su actividad neuropediátrica, especialmente en la costa mediterránea. Sabíamos que asistiríamos a un Congreso con una minuciosa y detallada estructura, compensada, equilibrada y que daría un repaso exhaustivo al amplio espectro de problemas que debemos abordar en nuestra práctica diaria.

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Premios

PREMIOS CONCEDIDOS A LAS MEJORES COMUNICACIONES ORALES Y POSTERS DEL VII CONGRESO NACIONAL DE LA SENP

"Dropped Head Síndrome" causado por las mutaciones del gen de la lamina A/C.
Nascimento A, Pineda M, Colomer J, Iturriaga C, Bonne G.
Servicio de Neurología. Hospital Sant Joan de Deu. Barcelona.
(O79)

Parálisis cerebral en el área 11 de Madrid; Fase preliminar de aplicación del protocolo desarrollado en el proyecto Europeo para seguimiento de la parálisis cerebral (SCPE).
Camacho Salas A, Pallás CR, De la Cruz J, Simón R, Mateos F.
Servicio de Neuropediatría. Hospital 12 de Octubre. Madrid.
(O72)

Anomalías del tubo neural y columna diagnosticadas prenatálmente mediante RM fetal (Parte 1).
> Escofet Soteras C, Martín Martínez C, Fernández Zurita C, Luttich Uroz A, Martín Oloriz A, Lorente Hurtado I.
Servicio de Neuropediatría. Parc-Tauli. Sabadell.
(P66)

Incidencia de la inmigración en una unidad de neuropediatría de referencia.
Escudero Rodríguez N, Casas Fernández C, Alarcón Martínez H, Domingo Jiménez R, Puche Mira A, Sánchez Payá J.
Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca. Murcia.
(O-93)


Sociedad

En este apartado nos proponemos resaltar los aspectos más importantes de la de las actividades profesionales y científicas de los miembros de nuestra Sociedad.

Homenaje

En ese sentido, es un placer poder comunicar al lector, desde la información remitida por el Dr. Fernando Mulas, a la sazón, Presidente de la AINP, de que en el último congreso celebrado en Barcelona, se concedió el PREMIO RAMÓN Y CAJAL, al Dr. Jaime Campos Castelló.

La entrega formal de este premio, se realizará en el inminente XV congreso de la AINP del 24 al 27 de abril de 2007, en la ciudad de Panamá. Acto que tendrá como colofón la exposición de una Conferencia Especial a cargo del colega premiado.

Es un doble motivo de orgullo y satisfacción, el reconocimiento de una carrera profesional y científica, más allá de nuestras fronteras, de quién como él ha sido un estímulo constante para hacer visible nuestra actividad como neuropediatras a nivel internacional.

Laboral

Nos es grato observar, como en los últimos tiempos, la mayoría de los residentes formados en la Unidades Acreditadas están encontrando oportunidades laborales acordes a su formación.

Si bien esta no es una situación generalizada, se están dando pasos a favor de que la formación neuropediátrica sea tenida en cuenta por las administraciones sanitarias para proporcionar la adecuada asistencia neurológica al paciente pediátrico.

Sin embargo, los rápidos cambios en la demanda asistencial que algunas zonas de nuestro país vienen sufriendo en los últimos tiempos, hace que disponibilidad de profesionales formados sea francamente insuficiente, para dar cobertura a las necesidades creadas.

Debe ser motivo de reflexión de nuestra Sociedad el analizar que factores pueden influir en la escasa demanda de oportunidades de formación por parte de los médicos jóvenes, para articular una respuesta ajusta en el marco de las relaciones con las instituciones sanitarias.

Comunicación

"Los tiempos adelantan que son una barbaridad" y el apego a las tradiciones en cuestiones tecnológicas y de comunicación, es garantía de desfase y disfuncionalidad.

Se aproxima el momento de que nuestra Sociedad tome decisiones en relación a los formatos de la comunicación entre sus miembros, haciendo de las nuevas tecnologías una base en red de conexión e intercambio de información de la SENP, como inevitablemente será. Sin embargo, es conocido que las transiciones son prolongadas y costosas, y que se han de basar en la amigabilidad de los elementos de comunicación basados en las nuevas tecnologías.

Aparentemente, el soporte técnico de nuestra página WEB y los recursos informáticos que se nos proveen a través de la misma, está en disposición de dar este paso, por lo que lo vamos a intentar.

Para cuando recibáis este boletín, deberíais empezar a ver estos cambios en la página WEB (http://www.neuropediatria.org/senp/indexneuro.html#). No obstante, sin vuestro uso de la misma, y los comentarios que de vuestras visitas se deriven, no será posible hacerla avanzar, por lo que nuestros correos, especialmente el mío (fcarratalá@nacom.es), estarán a vuestra disposición para cualquier sugerencia que podáis hacer sobre la misma.

El papel que estos medios tengan en el futuro de la comunicación interna de nuestra Sociedad, está por ver, y dependerá en parte de las aspiraciones que tengamos sobre la misma, y expresemos en los órganos de dirección correspondientes de nuestra Sociedad.


Recuerdo

Desde la edición del Boletín anterior hemos de lamentar los óbitos de algunos compañeros y maestros como la Doctora Mercedes Tallada i Serra, que ejerció su actividad profesional en el Servicio de Neuropediatría del Hospital Materno Infantil Vall d'Hebron; el Doctor Benito Otero Martínez, que ejerció como neuropediatra en el Servicio de Pediatría del Hospital de Cabueñes de Gijón en el Principado de Asturias, y por último, el Doctor Cristóbal Lamote de Grignon Nicolau.

Este último, nacido en Tortosa (Tarragona), en 1913, inició sus estudios de Medicina en la Universidad de Barcelona entre 1936 y 1944. En 1949 se trasladó a París, donde trabajó en la Salpêtrière y se formó como neuropediatra en la clínica obstétrica Boudoloque, al lado de André Thoma.

De regreso a Barcelona, se reincorpora al Instituto Neurológico Municipal como neurólogo consultor, y colabora con el Dr. Dexeus en la Maternidad Provincial, donde, en 1950, realiza delante de obstetras y pediatras la primera exploración neurológica a un neonato. Dentro de su amplia actividad docente, destaca como en 1971, coincidiendo con la celebración en Barcelona del X Congreso Internacional de Neurología, fundó la Sociedad Española de Neuropediatría.

Su figura, al igual que la de los otros compañeros fallecidos merece ser glosada por aquellos que compartieron de cerca su actividad profesional y científica. Para ello, este Boletín y los otros sistemas de comunicación electrónica de nuestra Sociedad, se ponen a la entera disposición de aquellos compañeros y alumnos que quieran resaltar los aspectos que consideren que debemos guardar sobre ellos en nuestra memoria colectiva de la SENP.


Recuerdo y nostalgia de Benito Otero

El pasado mes de diciembre fallecía a los 59 años Benito Otero Martínez. Benito había nacido en Madrid en 1947, pero por motivos familiares pasó los primeros años de su infancia en África, en el protectorado de Marruecos.

Se traslada a La Coruña donde estudió el Bachillerato y cursó con brillantez su carrera de Medicina en la Universidad de Santiago de Compostela. Se especializa como pediatra en la Clínica Infantil del Hospital La Paz de Madrid y en ese mismo hospital se formó en neurología infantil entre los años 1972 y 1976 en el servicio del doctor Castroviejo.

En 1977 solicitó el traslado al Hospital de Cabueñes de Gijón, donde durante las últimas tres décadas ejerció como responsable de neurología del Servicio de Pediatría. En Gijón se casa y en Gijón nacen sus tres hijos. Durante toda su vida Benito Otero participó activamente en movimientos sociales ligados a la izquierda, colaboró en movimientos antiglobalización y era miembro de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública.

Esa pudiera ser resumida de manera telegráfica y con fines de noticia informativa la biografía de Benito Otero. Pero exponer de forma tan arbitraria y sucinta una vida tan rica y desbordada como la de Benito es dejar una extraordinaria trayectoria humana excesivamente incompleta y disminuida. Porque más allá de ser un gran pediatra, de ser un neuropediatra de la máxima competencia, fue un ser humano excepcional y un referente imprescindible en la medicina asturiana de los últimos años.

Desde hace once años que ejerzo mi profesión en Gijón he sentido admiración y profundo afecto por él. La vida me ha deparado la fortuna de mantener con Benito algunas conversaciones memorables y el eco de sus palabras me permite esbozar hoy algunos rasgos de su personalidad e hilvanar con alguna de sus frases el contenido de esta nota llena de nostalgia.

Benito era una persona muy querida por sus compañeros del Hospital y al que los pediatras de la calle solicitábamos a diario consejo y ayuda; fue querido por los niños que veía en la consulta y era reclamado continuamente por sus familias. Se había convertido en un hombre necesario para todos, incondicional y sin límite en sus horas de servicio, con una relación fácil y sumamente cordial.

Como compañero era un verdadero acicate para ejercer nuestro oficio como ayuda a los demás, especialmente a los más débiles. El estudio de la pediatría y la consulta de las revistas de la especialidad eran parte de su rutina diaria, recuperando la cita, el artículo y el comentario precisos a propósito de cualquier consulta que se le hiciera.

Pero su indiscutible autoridad la ejercía sin presunción ni pedantería, con la sencillez propia de un verdadero maestro. Su forma de trabajar, la idea que tenía de nuestras obligaciones como médicos, representaban alguna de las cosas que hoy se hacen más necesarias en nuestra profesión.

Aunque manteníamos posiciones discrepantes en algunos temas de la vida y de la profesión, siempre he podido hablar con él con absoluta franqueza y comodidad, encontrando como interlocutor a una persona honesta y cargada de razones, a un hombre de capacidades extraordinarias y bueno, a un espíritu abierto que aceptaba con naturalidad la existencia de diferentes visiones del mundo.

Instintivamente era capaz de asumir y comprender al otro en cualquier circunstancia. Por eso se había convertido para muchos en una referencia superior. Su expresión crítica era resultado de una actitud moral respecto de las cosas que suceden y que durante nuestras vidas vamos protagonizando, manifestándose partidario de la libertad exigente y con consecuencias, frente a la libertad como fin, como lujo inútil o bien mostrenco.

Fue también un ejemplo de fidelidad a unas ideas que defendía con verdadero entusiasmo, convencido de su valor y desde una posición de gran fuerza intelectual. Su lucha por generar preocupación por los asuntos sociales entre sus compañeros y en su ciudad, su lucha por despertar grandes inquietudes, no era más que una manifestación de las suyas propias.

Benito estaba dotado de una incesante curiosidad; era un hombre polifacético y de una cultura extraordinaria, llenando la lectura y la música buena parte de sus horas. Con todas las personas era afable y generoso, a todas se manifestaba con enorme humildad. Era también para decenas de personas el comienzo del día, ya que puntualmente agitaba desde su ordenador nuestras conciencias. Benito era una cálida sonrisa, un saludo apurado y lleno de cariño. Era en todo un hombre esencial e irrepetible.

En la sociedad gijonesa y en la medicina asturiana deja un gran vacío; un vacío de amistad y profesional, un vacío de consejo y orientación; deja la falta de una de conciencia crítica creíble y eficaz. Los que lo conocimos nos sentiremos siempre orgullosos y agradecidos por su ejemplo. Y junto a la tristeza de tener que recordar su ausencia, nos quedarán la íntima satisfacción de haber compartido con él algunas horas de conversación inolvidables y las muchas enseñanzas que dejo en nuestra vida profesional.

Venancio Martínez Suárez
Pediatra. Centro de Salud El Llano (Gijón)
Presidente de la Sociedad de Pediatría de Asturias, Cantabria, Castilla y León

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